De acuerdo con José M. Esteve, en la aventura de ser maestro, nos muestra la enseñanza desde dos perspectivas diferentes: una en la que puedes morirte aburrimiento y sentir una enorme ansiedad y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos.
En los inicios de mi trabajo laboral también sentí esa ansiedad que el autor manifiesta y esa desesperación de volver a “enfrentarme con los alumnos” cada día. Sin embargo a través del tiempo corrigiendo errores, preparando mis clases, y aplicando estrategias producto de mí práctica, logre sentirme útil a los demás. Aprendí a valorar mi trabajo.
Según Esteve, cada clase debe ser una aventura y reto intelectual. Entiendo que una clase no debe ser solamente transmisora de conocimientos, con parámetros cerrados; sino por el contrario estimular a los estudiantes a participar, que tengan libertad para expresarse y de esta manera provocar mediante la interacción la generación del conocimiento.
El objetivo de Esteve, es ser maestro de la humanidad. Lo único que de verdad importa es ayudarles a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. La primera tarea es crear inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas. Una de las actividades que los docentes debemos de realizar es el compromiso con uno mismo para lograr la superación, en segundo lugar con los estudiantes que deben ser la razón de nuestra preocupación y con la sociedad que va a marcar los cambios o reconversiones que debemos de adoptar para responder a la misma.
Para Esteve un reto: era divertirse explicando. Habla de la importancia de la renovación pedagógica, si el profesor no quiere acabar aburriéndose ni aburriendo a sus estudiantes por explicar los mismos contenidos de la misma manera año tras año. En este sentido considero que el profesor que no se actualice constantemente en las nuevas técnicas didácticas, en los avances tecnológicos y de la información esta condenado a morir en la inanición.
Menciona José M. Esteve las dificultades con las que se encuentra un profesionista sin vocación ni humildad para rebajar sus conocimientos adquiridos en la carrera para hacerlos comprensibles a los jóvenes estudiantes. El profesor debe ser un comunicador grupal, por lo tanto debe dominar técnicas de expresión, canales de comunicación y usar diferentes tonos de voz. Una de las dificultades es la sensación de que el maestro y el estudiante son enemigos, por el contrario es necesario en acercamiento constante mediante el dialogo y el razonamiento. Por otro lado es necesario saber las expectativas que tienen los alumnos para buscar la manera de engancharlos y estimularles el deseo de saber.
Por ultimo, Esteve comenta que es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante, ya que nuestra sociedad solo valora el dinero y el poder. Pero nadie les puede quitar a los maestros el desafío del saber y la pasión de comunicarlo.
Saludos
José Ramón
En los inicios de mi trabajo laboral también sentí esa ansiedad que el autor manifiesta y esa desesperación de volver a “enfrentarme con los alumnos” cada día. Sin embargo a través del tiempo corrigiendo errores, preparando mis clases, y aplicando estrategias producto de mí práctica, logre sentirme útil a los demás. Aprendí a valorar mi trabajo.
Según Esteve, cada clase debe ser una aventura y reto intelectual. Entiendo que una clase no debe ser solamente transmisora de conocimientos, con parámetros cerrados; sino por el contrario estimular a los estudiantes a participar, que tengan libertad para expresarse y de esta manera provocar mediante la interacción la generación del conocimiento.
El objetivo de Esteve, es ser maestro de la humanidad. Lo único que de verdad importa es ayudarles a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. La primera tarea es crear inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas. Una de las actividades que los docentes debemos de realizar es el compromiso con uno mismo para lograr la superación, en segundo lugar con los estudiantes que deben ser la razón de nuestra preocupación y con la sociedad que va a marcar los cambios o reconversiones que debemos de adoptar para responder a la misma.
Para Esteve un reto: era divertirse explicando. Habla de la importancia de la renovación pedagógica, si el profesor no quiere acabar aburriéndose ni aburriendo a sus estudiantes por explicar los mismos contenidos de la misma manera año tras año. En este sentido considero que el profesor que no se actualice constantemente en las nuevas técnicas didácticas, en los avances tecnológicos y de la información esta condenado a morir en la inanición.
Menciona José M. Esteve las dificultades con las que se encuentra un profesionista sin vocación ni humildad para rebajar sus conocimientos adquiridos en la carrera para hacerlos comprensibles a los jóvenes estudiantes. El profesor debe ser un comunicador grupal, por lo tanto debe dominar técnicas de expresión, canales de comunicación y usar diferentes tonos de voz. Una de las dificultades es la sensación de que el maestro y el estudiante son enemigos, por el contrario es necesario en acercamiento constante mediante el dialogo y el razonamiento. Por otro lado es necesario saber las expectativas que tienen los alumnos para buscar la manera de engancharlos y estimularles el deseo de saber.
Por ultimo, Esteve comenta que es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante, ya que nuestra sociedad solo valora el dinero y el poder. Pero nadie les puede quitar a los maestros el desafío del saber y la pasión de comunicarlo.
Saludos
José Ramón

Hola José Ramón
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que plantea Esteve cuando menciona que mucha gente desvaloriza el trabajo docente de hecho para muchos es una profesión poco reelevante, sin embargo para nosotros que vivimos el día a día en las aulas hemos aprendido a valorarla y a quererla.
Creo que en el momento que la docencia se convierte de un trabajo en el que hay que asistir por obligación a una pasión y un gusto por dar lo mejor de nosotros y compartir nuestros saberes entonces nuestra labor docente valdra verdaderamente la pena.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue tal José Ramón, como bien lo comenta Rosy y lo que plantea Esteve que mucha gente desvaloriza el trabajo docente es por consecuencia de los que realmente no tienen vocación, aunque como lo mencionan varios de nuestros compañeros muchos de nosotros tenemos una formación empírica como docentes ya que estudiamos otra carrera, pero si tenemos una ética profesional que se forjo en nuestros estudios académicos y hoy que ejercemos esta noble labor, nuestra preparación y función, así como nuestra responsabilidad de educandos debe prevalecer en beneficio de una educación de calidad, mucho depende de nosotros, recibe un saludo.
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